FACTOTUM NOCTURNO
La noche es un viejo aroma
que hace galopar el tacto,
el conjuro de las manos
manos que se rozan
que se desvanecen en el viento,
tibio laberinto de las miradas.
Tu cuerpo es una puerta, abierta, solemne
como el susurro de los templos,
un reclamo luminoso al borde de la estepa
a media mañana.
Me embriaga la luz, la noche que albergan tus ojos
el aroma a canela y a jazmín no basta
para exorcizar tu sombra,
tu cuerpo que va incendiando
los caminos del deseo.
Y yo me abandono al don de tu perfume de tierra virgen
al misterioso vaivén que me lleva
hasta la orilla del río donde descansa Eros.
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