sábado, 10 de octubre de 2009

CORRECAMINO

Una posibilidad. Una entre un millón de posibilidades en el tiempo y el espacio con olor a nardos y a eucaliptos. Y esa posibilidad se adhirió a mi camisa húmeda de sudor. LA ALEGRÍA virgen del universo nos hizo coincidir aquella tarde de carnaval. Yo estaba disfrazado de diablo cojuelo; al verme saliste corriendo, tal parece que te aterrorizaban los diablos, por lo que me quité la careta y salí a tu encuentro… 
Ella y yo. Ella y yo recorrimos la calle, dejamos borrosas huellas sobre el asfalto. Y allí estabas tú. La posibilidad me sonrió en tu rostro de niña.
Y así, en silencio, y sin el intervalo irreverente de los relojes, comenzó el rito y la felicidad que duró tan solo veinticuatro horas. Caminamos calle arriba, calle abajo embriagados, rozándonos las manos… y de nuevo calle arriba buscando un rincón, y desde entonces recorro todas las calles del pueblo con mi careta en la mano. 
© Fari Rosario

No hay comentarios:

Publicar un comentario